LA EUTANASIA
¿Asesinato o ayuda?
¿Asesinato o ayuda?
¿Será cierto que Dios es el único que puede dar y quitar la vida? o ¿será mejor inclinarnos hacia la realidad y pensar que sólo existimos en esta tierra los seres vivos, los seres humanos y que somos nosotros mismos los que trazamos nuestro destino?
Somos nosotros quienes damos y recibimos ayuda mutua con los prójimos, quienes decidimos darle forma y nombre a todas las cosas en el mundo, como por ejemplo la familia, describiendo a su vez la importancia de esta para cada uno de nosotros, es decir, que no solo le damos nombre sino también un significado, o como también decir que éste es un artículo de opinión y que éstas son palabras que podemos leer a través de nuestra vista, y que como éstas hay millones de cosas que podemos apreciar mientras vivimos.
Pero cuando uno se encuentra postrado en una cama, dependiendo de una máquina, donde no puedes emitir ni una sola palabra a alguien, ni disfrutar darle un abrazo a un ser querido, sin poder compartir con alguien en un parque, en una fiesta, o viendo una película, dejando a un lado todas aquellas cosas que hacen que la vida tenga valor, que el vivir sea más que un existir, por que cuando nos encontramos en esa situación eso es lo que nos sucede, sólo existimos, mas no vivimos, ¿será que entonces la eutanasia se puede convertir en nuestro mejor camino?.
Al parecer la respuesta a esto es un sí, porque sin todo esto, nuestra vida pierde sentido. ¿A quién le gusta ver sufrir a un ser querido?, ¿a quién le gusta incomodar a los demás?, cuando una persona se encuentra en una situación como esta, lo único que hace es darle sufrimientos a quienes lo rodean, primero por la impotencia que produce el hecho de tener a la persona al lado con el corazón latiendo pero sin que pueda hablarte o expresarte afecto, y segundo porque el dolor, la enfermedad, se contagia y se aferra de todos, y se siente en el ambiente una gran nostalgia, donde se ansía que la persona descanse, para que todos los demás también puedan descansar, porque es que definitivamente, estar así es estar muerto, pero con el alma cerrada y los ojos bien abiertos.
Supongamos que se cree por un momento en la religión que afirma que existe un cuerpo y un alma en cada persona. Aquí sucede lo contrario, mientras que la muerte es cuando la materia física deja de funcionar por completo y nuestro espíritu sigue vivo, en este caso es tener vivo el cuerpo, porque aún se respira y se piensa, pero el espíritu está completamente muerto.
Si la iglesia dice que Dios es el único que puede dar y quitar la vida, entonces podemos decir que aquel que esté enfermo, pues que no asista a un médico, porque sucede lo mismo que cuando se le practica a una persona la eutanasia, mientras que con esta se acelera el proceso para la llegada de la muerte, cuando se asiste un médico se intenta retardar.
Al final es el mismo hombre quien ha encontrado la cura de los males, es el mismo hombre quien ha logrado desafiar en muchas ocasiones a la propia naturaleza, es el mismo hombre quien ha logrado alargar el tiempo que dura la juventud, es el mismo hombre quien ha inventado todas esas máquinas, así que será el mismo hombre quien escribirá su propia historia, quien decidirá su camino, fue él quien creó todos los instrumentos artificiales que hacen alargar la vida de los de su misma especie, pero convirtiéndose su propia vida en un mundo artificial, porque de qué vida hablamos, si a nada de eso puede llamarse vida.
Aunque encontremos la presencia de argumentos fuertes que defienden el apoyo por la eutanasia, como estos que acaban de ser leídos, también podemos tener aquellos que nos pueden dar un vuelco a la mirada y al pensamiento, y así cambiar la forma de cómo concebimos este proceso, como forma de salida a un grave problema.
Si bien es cierto el mismo hombre ha sido idóneo de construir todo ese mundo artificial, todas esas máquinas capaces de retar a la naturaleza, y que ese mismo hombre será capaz de tomar las riendas de su propia vida con cada decisión que tome aceptándola como correcta, pero ahora nos preguntamos, ¿es que acaso no existe una moral y una ética? o aún más subjetivo que eso, aunque exista la compasión ¿también no existe el sentimiento de culpa?
¿Cómo quedará nuestra conciencia luego de ser capaces de realizar un acto como ese?, el de quitarle la vida a un ser humano, que aunque se niega, también en muchas ocasiones se usan armas, que son esas mismas máquinas creadas por estos seres de mentes ingeniosas, o ¿qué mejor arma de destrucción que las mismas manos dirigidas por la propia mente?
Pero más que un “suicidio asistido”, como es llamado en algunos casos, aunque esas palabras sean muy sofisticadas para lo poco sofisticado que es el acto, se convierte entonces, mejor dicho, en un “asesinato disfrazado”.
Pero si lo vemos de forma más subjetiva, podemos decir que la eutanasia es simplemente una herramienta utilizada para rendirse, para darse por vencido en la lucha por el bienestar, ya que son numerosos los casos de las personas que han reaccionado, después de largos períodos de tiempo, demostrando así que la paciencia y la fortaleza tienen su fruto.
¿Hasta dónde ha llegado el hombre que ha sido capaz de construir un arma para su propia destrucción? ¿Hasta dónde ha llegado un médico que ha perdido por completo su esencia, dejando a un lado lo humano que debe tener, el valor y la prioridad que debe darle a la vida?
El hecho de que se acepte este mecanismo como escape a una enfermedad terminal u alguna otra circunstancia similar, es posible que la humanidad se haya convertido en una sociedad de seres meramente alienados.
¿Por qué dejar sin oxígeno a aquel que aún merece de este para continuar respirando? A todos en algún momento nos llegará la hora de morir, es parte de la naturaleza, pero dejemos que ella misma sea quien se encargue de hacer ese trabajo.
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